Proyectarse significa proteger al yo de sentimientos de culpa, vergüenza, y la no aceptación de errores; la finalidad es evitar el sufrimiento y la angustia. Los pensamientos que provocan ansiedad se proyectan en otra persona, el otro se vuelve un espejo de lo que no queremos aceptar. La introyección, la proyección y la identificación son mecanismos de defensa que ayudan al desarrollo de la personalidad y a la diferenciación entre seres humanos.