OPINIÓN

¿Y México qué?

Manuel J. Jáuregui EN MURAL

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Si no fuera porque es verdad, podría pensarse que esto es un cuento absurdista de los de Franz Kafka.

Ahora resulta que el dinero de los mexicanos, los que aportamos con harto esfuerzo a la hacienda nacional, ¡se va a "invertir" en El Salvador!

Esto de acuerdo con el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien tras reunirse por 20 minutos con el Secretario General de la ONU (así ha de estar el plan) afirmó que México "invertirá" en El Salvador mediante un "Plan de Desarrollo Integral" con un programa que se llama "Sembrando Vida" y que hoy, hoy, hoy, dará a conocer el Presidente López O.

Adicionalmente -según Ebrard- el "plan" se extenderá a Guatemala y Honduras.

La idea, según Ebrard, es "ofrecer oportunidades".

Obviamente que la pregunta que surge en la mente de todo ente pensante en México es: ¿y por qué no hacerlo en México a favor de los mexicanos?

Dijo Ebrard que el plan "no tiene precedentes", que nunca se había tratado, y efectivamente, nunca se ha tratado porque es un disparate.

¿Cuándo se ha visto que un mendigo le preste a un pordiosero o viceversa?

Son demasiadas las carencias en México como para que ande de redentor en otros países, empleando para ello el dinero de los mexicanos, que es para los mexicanos y para promover su bienestar.

Les toca, y siempre ha sido así, a las naciones hiperricas de la Tierra ayudar a las más necesitadas, pero no que las necesitadas les ayuden a las desahuciadas.

En México, gracias a los recortes, no hay medicinas, no hay servicios médicos, no hay suficientes camas de hospital, ni doctores, ni laboratorios; estamos casi a final de junio y apenas está saliendo la licitación para los útiles escolares del ciclo que comienza en septiembre.

O sea, no habrá útiles escolares para nuestra niñez ¿y queremos ayudar a los centroamericanos "invirtiendo" el dinero de los mexicanos allá?

Andan con la brújula bien descompuesta estos señores de las Cuatro Tes (Te Friegan, Te Joroban, Te Despojan y Te Someten), pues aquí decimos, igual que todos los mexicanos con medio cerebro funcionando, que México es primero.

Hoy, mañana y siempre.

No nos toca a nosotros, sino a las superpotencias, armar planes de desarrollo en países ajenos, no cuando en México apenas y nos alcanza la sal pa' la tortilla.

Acabemos primero con la miseria en México, acabemos con la pobreza, vamos a crear oportunidades, pero aquí en nuestro territorio donde tanto se necesitan.

Nada tenemos que andarle haciendo al redentor en el extranjero, si queremos pegarle al "Mesías" hagámoslo primero en México y cuando hayan sido erradicadas todas las carencias en nuestro País, y nos sobre la lana, y tengamos para aventar pa'rriba, entonces -quizás- pudiéramos considerar algún tipo de "Plan Marshall" a la mexicana en Centroamérica.

Incluso, sería necesario que los constitucionalistas estudien si es legal tomar dinero del presupuesto aprobado por el Congreso para enviarlo fuera de México en programas que no benefician a los mexicanos directamente.

La Constitución es muy clara en lo que la división de Poderes se refiere: el presupuesto lo determina y fija el Congreso (Poder Legislativo) para programas y fines específicos.

El Poder Ejecutivo puede disponer de los recursos aprobados por el Congreso, pero sólo para los rubros específicamente asignados y en los montos precisos aprobados.

El presupuesto nacional no cuenta con ningún rubro que diga "Foreign Aid" (Ayuda al Extranjero) como lo tiene el presupuesto norteamericano.

Habrá que echarle un ojo a esto.

Algo que adicionalmente resulta kafkiano es que México, el país pobre, emplee sus magros y escasos recursos para resolverle un problema al país más rico y poderoso de la Tierra: Estados Unidos.

¿En qué mundo los lobos les dan de comer a los corderitos?

Sin duda que estamos patas pa'rriba, y no hay nada en el horizonte que nos indique que habrá un cese al fuego amigo con las ocurrencias diarias de este mal llamado Gobierno, pues manda, pero no gobierna.