Las 4L de la Guardia Nacional
OPINIÓN INVITADA / Miguel Ángel Mancera EN MURAL
El consenso que se alcanzó en el Senado de la República para la aprobación de las reformas constitucionales que regulan a la Guardia Nacional como la nueva policía del país, fue objeto de reconocimiento por propios y extraños. Sin embargo, esta reforma dejó plasmada una obligación en sus artículos transitorios consistente en la necesidad de elaborar tres leyes y reformar una más, para ello dio un plazo de 60 días para tener lista la ley de la GN y 90 para las demás, es decir, se tiene hasta el día 25 de mayo en curso, para aprobar la primera de ellas.
Pero más allá de esa obligación de trabajar en las 4 leyes: la Ley de la Guardia Nacional, la Ley Nacional para el Registro de Detenciones, la Ley Nacional del Uso de la Fuerza y la reforma a la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Pública, lo que subyace como expectativa es el reto parlamentario y de construcción política para que estas 4 leyes también puedan ser aprobadas con un amplio consenso de todos los grupos parlamentarios. Y es un reto, porque para la aprobación de la reforma constitucional Morena debió construir la unanimidad, pues solos no alcanzan la mayoría calificada que se necesita en reformas constitucionales, ni siquiera con la suma de sus aliados políticos permanentes; pero ahora se trata de 4 leyes secundarias lo que significa que el grupo mayoritario en el Senado no requiere de nadie para su aprobación, solo necesita mayoría simple.
No obstante ello, debo reconocer que tras un debate de semanas y horas de discusión, el coordinador de Morena en el Senado y los interlocutores del gobierno federal han escuchado lo que el denominado "bloque" integrado por PAN, PRI, MC y PRD plantea: la construcción de una policía nacional con mando civil, con cadena de mando civil y sujeta al fuero civil, que se garantice la coordinación de la GN con los Estados y Municipios, que tanto a la GN como a las fuerzas armadas en funciones de seguridad pública, les apliquen las disposiciones de la Ley de Uso de la Fuerza y del Registro de Detenciones, que se logre la construcción de policías locales fuertes y homologadas, que se cuente con una ley de uso de la fuerza de aplicación nacional que garantice el respeto a los derechos humanos y la existencia de una ley de registro de detenciones que dé seguridad jurídica y evite la posibilidad de desapariciones forzadas, entre otras cosas.
Lo cierto es que a todos nos queda claro que se debe hacer un esfuerzo para alcanzar acuerdos que permitan cuidar que la Fuerza Armada permanente no sea objeto de reproches, cuidar que la nueva policía nacional no deje dudas constitucionales, cuidar que se incluyan las observaciones de los organismos internacionales y de las organizaciones de la sociedad civil y para lograr que la legitimación del consenso construya los marcos normativos que trasciendan en su eficiencia y eficacia el ejercicio temporal de un gobierno. Si esto se da, es probable que en un solo momento todos los grupos parlamentarios del Senado apoyemos la aprobación de las 4 leyes en un ejercicio parlamentario inédito.
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El autor es Senador de la República y Doctor en Derecho.

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