Cachetadón
Manuel J. Jáuregui EN MURAL
La carta de renuncia al IMSS por parte de su director, Germán Martínez, es una que por claridosa y esclarecedora no tiene desperdicio. Representa una sonora cachetada guajolotera a ambas manos al teatro guiñol de nuestra política, montado para entretener a los crédulos.
Nos parece patriota y valiente la renuncia de Martínez porque al hacerlo no defiende sus intereses, sino los de los derechohabientes perjudicados por una "injerencia perniciosa" de funcionarios de la Secretaría de Hacienda, a cargo de Carlos Urzúa, en el funcionamiento del IMSS.
Renuncia don Germán porque con los recortes presupuestales que pretende realizar Hacienda en el IMSS, y los controles que quiere implementar nombrando a los delegados locales -pasándose por el arco de triunfo al Consejo del Instituto-, el de por sí mal servicio del Seguro sólo va a empeorar en perjuicio de millones de mexicanos.
En su carta de renuncia, dirigida al Consejo tripartita del IMSS (obreros, funcionarios y patrones) afirma contundente: "Quiero decirlo lo más claro que puedo y debo: algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda tienen una injerencia perniciosa en el IMSS y ponen en riesgo la vocación igualitaria de justicia y, concretamente, de prestación de servicios de salud que tiene el Seguro Social". Y agrega: "Los millones de enfermos que se atienden en nuestras clínicas y hospitales no merecen ni un minuto de rebatingas de poder... Estoy consciente de los límites y de mis límites, puedo equivocarme, pero soy decente y tengo vergüenza pública y con serenidad de ánimo presento en este momento mi renuncia al cargo".
¡Bófonos, recórcholis, zambomba! Justo cuando ya mero pensaba uno que dentro de la Cuarta Transgresión todo el campo era orégano. Cuando ya mero caíamos convencidos de que impulsados por las hazañas de un prohombre marchábamos hacia un México más justo, con mejores servicios gubernamentales, con una depuración completa en instituciones vitales para el bienestar como el Seguro Social.
Pero nada, ahora trasciende que lo que menos les importa a los señores de la cuatro te es mejorar el pésimo y denigrante servicio que da el IMSS a sus derechohabientes, y que lo único que les interesa es controlar los recursos, ¡mas no para mejorar el servicio!
No, sino para crecer lar arcas de Hacienda y desde ahí gastar el dinero del pueblo en proyectos absurdos como la refinería de Dos Bocas en Tabasco, Estado natal de nuestro Illuminati en Jefe (¿alguien dijo clientelismo?), y el monorriel de Disneylandia llamado Tren Maya. Para nadie hay recursos, ¡ni siquiera para curar a los enfermos!, sólo los hay para quienes -y lo que- el Gobierno quiere.
Dijo recientemente el Poderoso en turno: "¡No quiero ser dictador!". Qué curioso resulta esto porque, precisamente, lo que ha denunciado fuerte y claro don Germán Martínez es la implementación de sistemas absolutistas dentro de las instituciones de Gobierno. Algo de lo que poca gente se ha percatado, pero que es sumamente peligroso por antidemocrático, es el Gobernar de facto -que no de jure- con sistemas paralelos que subvierten el funcionamiento institucional de los organismos de Gobierno.
La denuncia que hace Martínez indica esto: que desde Hacienda pretenden controlar al IMSS para emplearlo como una caja chica más para fondear disparates, como el de que Pemex y Sedena construyan Dos Bocas. Lo mismo sucede en otras instituciones, en las que hay "Gobiernos informales"; en las Cámaras, por ejemplo, tanto de Diputados como de Senadores, quien parte el queso y picha líneas es el hijo del Presidente, Andrés "Andy" López Beltrán.
Su padre no querrá ser dictador, pero al parecer "Andy" no sólo pretende serlo, sino que ya lo es. Informalmente, tras bambalinas, los que saben en la Capital afirman que "Andy" maneja aduanas, maneja a los legisladores, maneja el SAT y muchas cosas más.
Estamos seguros que ésta será la primera sonora renuncia, pero no la última: y así, renuncia tras renuncia, nos iremos enterando de lo que realmente hay tras la máscara del benévolo, generoso y demócrata "Tata" López.

![]()
MÁS DE Manuel J. Jáuregui