OPINIÓN

Zoé en Reforma

Manuel J. Jáuregui EN MURAL

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Es importante que sepan, estimados amigos, que el nuevo director del Seguro Social, Zoé Alejandro Robledo Aburto, nombrado por el Presidente López O. en sustitución de Germán Martínez, quien renunció vía una durísima carta-denuncia, ganó el Premio Nacional de Periodismo 2008 trabajando para nuestro periódico, REFORMA.

Como investigador de este grupo periodístico, Robledo Aburto, egresado del ITAM, como politólogo y periodista realizó un profundo análisis de las elecciones norteamericanas, mismo que le valió ganar el Premio Nacional de Periodismo.

Y lo que son las cosas, pese a haber laborado en un periódico "fifí y conservador", como lo tilda a cada rato el Presidente López, esto no resultó ser obstáculo para que de Subsecretario de Gobernación brincara directo al IMSS por dedazo presidencial.

Antes de ello, Zoé Robledo había sido, por el PRD, tanto Diputado como Senador por su natal Chiapas.

En el bello Estado de Chiapas quienes conocen a Robledo lo tienen como una buena persona, de bien, capaz y trabajador.

Queda establecido, pues, que hablamos de alguien que a sus escasos cuarenta años de edad ha demostrado probidad y esfuerzo.

Establecemos claramente lo anterior para que no se malinterprete nuestro siguiente comentario: al nombrarlo el Presidente López O. cometió un error.

Cuando renuncia Germán Martínez con harto decoro, y dejando claro el desastre que los recortes presupuestales indiscriminados decretados en Hacienda iban a causar, verbigracia, un deterioro en el servicio médico de los derechohabientes, la prisa no era tapar el hueco que dejaba.

No, lo importante era que el Presidente detuviera inmediatamente e investigara la injerencia nociva e indebida de Hacienda en el funcionamiento del IMSS.

Dentro de nuestro marco constitucional y las leyes que de la Carta Magna emanan, esto es, la Ley del Seguro Social, no puede haber ni tolerarse la invasión de funciones por parte de otras entidades gubernamentales.

Mismas que denuncia con toda claridad Germán Martínez Cázares en su carta de renuncia-denuncia.

No sólo debe el Presidente parar a la metiche de Hacienda, sino castigar a quienes invadieron funciones y desplegaron la "injerencia perniciosa" dentro del IMSS.

La sustitución de Martínez no era el problema, el problema es que no se puede dejar la prestación de servicios de salud en manos de contadores de Hacienda quienes sólo y ciegamente siguen una línea: recortar el gasto.

El IMSS es una institución que claramente no requiere recortes presupuestales, pues no se puede jugar con la salud y la vida de los derechohabientes, bajando indiscriminadamente el gasto destinado a ellos.

Lo que necesita es un presupuesto sensato, que le permita cumplir con sus obligaciones cabalmente, que sea éste bien administrado, esto es, ejercido en beneficio de los pacientes y enfermos que se atienden en el Seguro Social por gente que le entiende.

Hacienda y sus funcionarios, y de la misma manera ex funcionarios de la Secretaría de Gobernación, no son expertos en temas de salud, no conocen ni los problemas y menos las soluciones a la problemática del Seguro.

Ya podrá el Presidente nombrar a este excelente joven, Zoé Robledo, como a cualquier otro y no habrá mejoría en el Seguro si se sigue impulsando, condonando y fomentando la injerencia de Hacienda en el IMSS, realizando recortes presupuestales y pretendiendo nombrar a los delegados con el fin de ejercer control presupuestal y no de mejorar el servicio.

Mismos que tan sólo por deber su lealtad a la burocracia de Hacienda velarán en todo momento por los intereses de la SHCP y no por los de los usuarios del Seguro.

El problema que enfrentó el Presidente López no requería que le imprimiera velocidad a la sustitución de Germán Martínez, sino frenar en seco la injerencia de los cuentachiles de Hacienda en el IMSS que, lejos de ayudarlo a cumplir con sus obligaciones, van a perjudicar más el de por sí precario servicio que brinda.

Sabido es que en el Seguro hay escasez de medicinas, que los enfermos se apilan en los pasillos, pues no hay cuartos para ellos, que los quirófanos están saturados, que hacen falta enfermeras capaces, médicos especialistas dispuestos a trabajar en el IMSS... ¿y con recortes quieren curar estos males?

Sorry, pero les falla el coco: las únicas personas que saben de qué está enfermo el IMSS y cómo se puede curar, son los hombres y mujeres que laboran ahí y que deben contener un río caudaloso de enfermos con ramitas y piedritas.

¡Mismas que ahora se las quieren quitar!

Si el objetivo es causar un levantamiento social motivado por la desatención y crueldad del IMSS, pues avanzan rápidamente por el camino exacto para lograrlo.