El aborto abruma. Es la agenda política por excelencia, la que decanta a una sociedad a la espiral del capricho y la prepotencia, o la que mantiene, como algo intangible y en cierta forma sagrado, el valor de la vida. En Argentina, una vez más, se propuso la ley del aborto libre; los abortistas son inasequibles al desaliento. Estados Unidos está dividido, casi podríamos decir, geográficamente: mientras los extremos como Nueva York, Massachusetts o California extienden la cultura de la muerte, el centro del país se manifiesta a favor de la vida.